SOMOS POBRES… NO POR CULPA DE DIOS. S. B. Fuller era uno de los siete hijos de un aparcero negro de Luisiana. Empezó a trabajar a la edad de cinco años. A los nueve ya arreaba mulos. Eso no tenía nada de insólito: los hijos de casi todos los aparceros empezaban a trabajar a edad...